jueves, 16 de julio de 2009

Concretar el diálogo social?

El País publica en su sección de economía, Toxo advierte de que el diálogo social está en una "encrucijada" - La presión de la patronal obliga al Gobierno a suspender la reunión prevista para hoy. - La CEOE espera una propuesta más "concreta" para mañana…

En el contexto actual de incertidumbre e imprevisibilidad es difícil aplicar, parecidas o similares reglas de negociación, solución y actuación para cualquier asunto que queramos tratar sobre ocupación, (en lugar de empleo), economía de empresas, cargas sociales, presupuestos y cargas del estado y todo cuanto sea necesario relacionar, como si no hubiera pasado nada en los 2 últimos años desde que el modelo de referencia socio económico saltó por los aires, indistinto por qué y cómo, que son cuestiones para diseñar en conjunto y casi globalmente por todos los afectados, como se está intentando hacer, aceptando a priori que llevará un tiempo.

La excepcionalidad del momento requiere medidas excepcionales flexibles, que discrecionalmente el gobierno pueda aplicar y actuar previo acuerdo entre los agentes sociales.

Estas medidas transitorias deben de perseguir intentar suavizar el desajuste y el desequilibrio productivo y ocupacional, así como sincronizar hasta donde sea posible la ocupación y la carga económica de los ciudadanos y del estado conforme evolucionen los acontecimientos dependientes con terceros países y nuestro propio escenario interno exclusivo, en el que podemos actuar e intervenir independiente de cuanto pueda suceder o sobrevenir por la actuación mayoritaria de terceros.

El marco de actuación y aparente provisionalidad, digamos a 2 años, requiere actuar con eficiencia en trasladar de inmediato a los ciudadanos las medidas que se acuerden con la dinámica e implicación de todos, a sabiendas que el marco y las reglas necesariamente tienes que ser flexibles y cambiantes para adecuarse al contexto de incertidumbre. Los plazos, desgraciadamente, tienen que ser cortos, entre 6 meses en adelante, con paulatinos ajustes según proceda, siendo los plazos de realización y percepción de los ciudadanos casi inmediatos. Con la implicación y asunción de responsabilidad por parte todos es posible.

El marco de actuación y reglas excepcionales, necesariamente debe de estar acordado entre los representantes sociales para su aplicación discrecional y flexible por parte del gobierno mientras pueda durar el periodo de excepcionalidad o mediante acuerdo a los plazos que se determine.

El problema existente no es de capitalistas, empresarios, trabajadores, modelo productivo, falta o exceso de demanda y oferta, déficit o endeudamiento del estado y así seguido con todo lo relacionado, el verdadero y único problema es el drama humano, nosotros, todos los ciudadanos, en los que la inmensa mayoría hemos delegado en los gobernantes y dirigentes sociales nuestro precario día a día.

Cómo se pretende animar a los ciudadanos a que se presten a hacer lo que sea, si como personas somos los últimos monos. A quién le importa se salve el sistema financiero, los bancos, las industrias del automóvil o las que sean, el déficit de los estados, y así lo demás, si como personas tenemos que seguir sufriendo semejante incertidumbre y tragedia humana.

Qué más tiene que suceder? A qué hay que esperar?

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