sábado, 20 de marzo de 2010

El motor de la economía

Hasta hace poco el estado de ánimo de los ciudadanos se consideraba motor de la economía. Hoy, ya se puede afirmar que el indicador de confianza de los ciudadanos ha dejado de ser siquiera un indicador fiable y menos aun un motor económico. Los ciudadanos ya saben que el estado de ánimo es ajeno a la racionalidad del progreso.

Ha costado varias crisis en los últimos decenios hasta llegar a esta conclusión, por ello la persistencia de la crisis actual. Ya no vale el buen ánimo y la confianza para los asuntos económicos como ha quedado demostrado por la actuación de los especuladores que se guían por la objetividad y las injustas normas del capital.

Sin duda, el estado de ánimo tampoco refleja un dato cualquiera, a lo sumo, evidencia una combinación química del ser humano en su comportamiento ajeno a su voluntad.

El motor de la economía es el dinero sin limitaciones de disponibilidad para todo el mundo con las restricciones propias de disponibilidad de los medios de producción, las materias primas naturales del entorno y la libre y objetiva disponibilidad de los seres humanos en bien del progreso.

Obviamente, por todo lo anterior y otras razones, posiblemente en esta ocasión tardaremos más en salir de la crisis, pues urge un sistema de gobernanza global económica y libre disponibilidad financiera para iniciar un nuevo camino del progreso humano.

Juan Bernardo montejb La comunidad El País

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