El estado del ánimo parece ser el reflejo del alma. Parece o lo es?.
En verdad, sobran o faltan habitantes?, Viviendas, locales y fábricas?, Alimentos?, Materias primas, productos de primera necesidad, lujo o superfluos?, Hospitales y personal sanitario?, Alumnos, escuelas y profesores?, Ajuar y mobiliario domestico?, Oficinas y profesionales?, Empleados y consumidores?, Productos, servicios y comercios en general?, Estado y gobiernos próximos o lejanos?.... Acaso, sobra o falta dinero?... Sistema financiero y bancario?... Sol, agua, tierras...? Medios tecnológicos para administrar y gestionar cuanto sea necesario?, Personas cualificadas en cualquier disciplina?, ….
Sin entrar en detalle, se puede afirmar que NO sobra ni falta, casi de nada.
Se precisa mucho, reprogramar definiciones, usos, utilidad y fines de los medios y bienes.
Y también se precisa equilibrio, armonía y coordinación general en cuanto a eficiencia y disponibilidad de todo en uno, de modo flexible y anticipativo para que no sobren, falten o se infrautilicen cuanto necesitemos hoy y en el futuro.
Obviamente, falta conocimiento y voluntad en aprender y aplicar coordinadamente cuanto seguro sabemos en bien de la Humanidad.
Una orquesta con todos los músicos e instrumentos conocidos, grupos, dúos, solistas, coro, directores con buen oído y sentido del ritmo y, escenarios tan amplios como queramos, aunado a la interpretación de cualquier partitura de las conocidas, permite satisfacer a la audiencia en general en cualquier momento y lugar.
Vivir cada día como si fuera el primero del resto de nuestras vidas, facilitaría dar sentido a cuanto hagamos en bien para nosotros mismos y los demás.
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