domingo, 16 de agosto de 2009

Agradecimiento a Juan Cruz

Estimado Juan Cruz, después de seguirte ocasionalmente, el post de hoy me ha llevado a reverenciar la belleza del sentimiento y la esencia por vivir que muestras en este y otros de tus post.

Antes, he tenido que sobreponerme a duras penas, de la congoja producida por la lectura de tu misiva, que me ha transportado al recuerdo en el tiempo a situación personal parecida a la que describes con cierto amigo del alma que marcho serenamente de viaje hace tiempo dejando la espina del pesar en mí.

Igual o parecido ha como mencionas, la huella y semilla depositada de la sabiduría y el saber interpretar y asimilar la esencia y naturaleza de la vida, supuso un azar, regalo de los dioses del Olimpo.

Quisiera existiera el más allá solo por volver a encontrarme con él. Este y otros frutos me han permitido sobreponerme al trance de la congoja inicial, al recuperar el dominio sobre las ciegas pasiones y la química biológica particular. Ya sabes que no es fácil y que es tarea para siempre una vez descubres y bebes el veneno, que llegado a un punto no hay vuelta posible de regreso atrás.

La duda sería, que en el algún momento en el tiempo se puede despejar, saber la combinación de cuánto de periodista, escritor y actor interviene, en la imagen bella que proyecta cada cual con palabras y frases tan bien reunidas, pues dependiendo de la combinación se puede aproximado sacar una referencia de lo que sugiero.

Termino con mi primer comentario en tu post “Yo sé decir hilo e hilacha” de días pasados
Llego algo tarde a Juan Cruz, pero quisiera pensar sabrá disculparme, pues no es posible llegar a todo y menos saber acertar en la elección…

Los condicionantes, servidumbres propias y ajenas por ignorancia son tantas, que difícilmente nos permite ser conscientes en todo momento de lo esencial de nuestra existencia. Muy pocas cuestiones son esenciales en cualquier asunto que queramos tratar, pero el caso es, que la mayoría nos perdemos en las inconscientes pasiones fugaces de menor categoría. Así nos va, siendo un puñado de privilegiados los que sacan partido a escote a nuestro cargo, sin enterarnos de la misa la mitad de la mitad, si aún caso llega.

La libre elección, disponibilidad y necesidades de las personas en equilibrio con el entorno, recursos y medios es el camino del progreso y la abundancia en armonía de la civilización. Antes deberán de abolirse las divisiones existentes entre los seres humanos y los condicionantes que someten la voluntad de la inmensa mayoría a favor de unos pocos.

Mientras el azar decida el momento en quitar la pieza necesaria para derribar el aparente muro infranqueable, deberemos conformarnos en bailar y seguir a donde nos lleve el sonido del flautista de Hamelín.

Gracias Juan Cruz por todo y en especial la maravillosa cita final. Saludos para todos…

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