El País publica de Ignacio Sotelo en la Tribuna, El espejismo de un cambio de modelo productivo, describe el tránsito y cambio productivo, la evolución del PIB en los últimos 10 años y la situación particular española, apuntando con acierto la dirección en que nuestro país puede competir añadiendo valor y diferenciación productiva con otros países.
Cualquiera que haya estudiado económicas y empresariales suscribiría el texto casi en su integridad, así pues, la objeción viene por el dogma condicionado y por la evidente contradicción de las medidas tomadas desde hace más de una año, las que están en curso y las que se seguirán adoptando en adelante.
El problema radica, en que está en cuestionamiento y evidencia cualquier sistema productivo derivado de la ortodoxia económica dominante y condicionada. El referente y marco de actuación, simplemente ha desaparecido, y efectivamente es un “espejismo”, querer seguir actuando bajo las normas y reglas de un modelo que ha desaparecido.
Así, todos estamos molestos, fuera de juego, pues no hay juego, ni reglas que aplicar, y lo peor, en las actuales circunstancias es, querer forzar a quien sea hacer algo sobre lo que no cree.
La economía ha sido un sueño, el modelo productivo un espejismo, el beneficio la ruina de la mayoría y el dinero el yugo y la miseria de la humanidad.
Mi querido Sr Juan Urrutia, me respondía a mi comentario en su maravilloso post “Publicar” , “ya es posible construir un mundo de abundancia en el que mi beneficio no sea tu ruina. No es un buen deseo sino que tiene su lógica. Contestando a mi comentario; “El progreso de la civilización ha sido posible gracias a la diversidad, elección y combinación de palabras, números y modelos en textos, fórmulas y diseños de utilidad. Actualmente, quien más rápido consigue la combinación en beneficio propio, mayor quebranto supone para los demás”.
Intentando conciliar y ser respetuoso con el Sr Urrutia, casi estoy de acuerdo con su aserto, el caso es, que el casi se lo lleva el beneficio, pues de haberlo, sólo si fuera irrelevante, sí sería posible construir un mundo de abundancia.
Entiendo más lógico, en lugar del beneficio excluyente implícito, ampliar el progreso para todos sin división alguna por raza, cultura, lugar y credo, en donde todo cuanto ha creado el hombre estaría a disposición de la humanidad, sin más restricción que la libre disponibilidad de los recursos, aunando el conocimiento en bien del progreso para todos, en libertad de elección, preferencia y disponibilidad de cada cual.
Cualquiera que haya estudiado económicas y empresariales suscribiría el texto casi en su integridad, así pues, la objeción viene por el dogma condicionado y por la evidente contradicción de las medidas tomadas desde hace más de una año, las que están en curso y las que se seguirán adoptando en adelante.
El problema radica, en que está en cuestionamiento y evidencia cualquier sistema productivo derivado de la ortodoxia económica dominante y condicionada. El referente y marco de actuación, simplemente ha desaparecido, y efectivamente es un “espejismo”, querer seguir actuando bajo las normas y reglas de un modelo que ha desaparecido.
Así, todos estamos molestos, fuera de juego, pues no hay juego, ni reglas que aplicar, y lo peor, en las actuales circunstancias es, querer forzar a quien sea hacer algo sobre lo que no cree.
La economía ha sido un sueño, el modelo productivo un espejismo, el beneficio la ruina de la mayoría y el dinero el yugo y la miseria de la humanidad.
Mi querido Sr Juan Urrutia, me respondía a mi comentario en su maravilloso post “Publicar” , “ya es posible construir un mundo de abundancia en el que mi beneficio no sea tu ruina. No es un buen deseo sino que tiene su lógica. Contestando a mi comentario; “El progreso de la civilización ha sido posible gracias a la diversidad, elección y combinación de palabras, números y modelos en textos, fórmulas y diseños de utilidad. Actualmente, quien más rápido consigue la combinación en beneficio propio, mayor quebranto supone para los demás”.
Intentando conciliar y ser respetuoso con el Sr Urrutia, casi estoy de acuerdo con su aserto, el caso es, que el casi se lo lleva el beneficio, pues de haberlo, sólo si fuera irrelevante, sí sería posible construir un mundo de abundancia.
Entiendo más lógico, en lugar del beneficio excluyente implícito, ampliar el progreso para todos sin división alguna por raza, cultura, lugar y credo, en donde todo cuanto ha creado el hombre estaría a disposición de la humanidad, sin más restricción que la libre disponibilidad de los recursos, aunando el conocimiento en bien del progreso para todos, en libertad de elección, preferencia y disponibilidad de cada cual.
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