Más que un rapto, parece un expolio. El País publica “El rapto de África” en la Tribuna de José Antonio Miguel Silvestre
El concepto de propiedad y explotación de la tierra está obsoleto pues responde a unas conductas y normas de tiempos de inicio de la civilización.
Razonablemente, se requiere una revisión urgente de los preceptos, conceptos y definiciones de los bienes naturales, las tierras, el agua, los bosques, minerales y demás, independiente de su localización geográfica. Todo bien natural debería ser patrimonio de la humanidad.
Bien parece, se puede establecer compartir en justo precio, el producto del bien a generar y/o producir, pero sin que ello suponga el dominio privativo en perjuicio del interés general del patrimonio universal.
Transformar, producir y cuanto sea necesario para el progreso y el bienestar de la sociedad, es deseable y bueno, siempre, que se respete el entorno y que la abundancia de la riqueza generada se comparta legítimamente con las personas de cada lugar y el esfuerzo aportado.
Sería una villanía, que se siga con semejante expolio de bienes naturales y que los seres humanos residentes en esas tierras no pudieran siquiera comer.
Urge pues, actualizar, el modelo global de bienes universales y derechos, si queremos progresar, evitando la miseria de millones de seres humanos y las consecuencias de migraciones y otras peores que atentan al progreso de la civilización. De no empezar ya mismo, a resolver los graves asuntos pendientes esenciales, sufriremos más pronto que tarde las consecuencias.
El concepto de propiedad y explotación de la tierra está obsoleto pues responde a unas conductas y normas de tiempos de inicio de la civilización.
Razonablemente, se requiere una revisión urgente de los preceptos, conceptos y definiciones de los bienes naturales, las tierras, el agua, los bosques, minerales y demás, independiente de su localización geográfica. Todo bien natural debería ser patrimonio de la humanidad.
Bien parece, se puede establecer compartir en justo precio, el producto del bien a generar y/o producir, pero sin que ello suponga el dominio privativo en perjuicio del interés general del patrimonio universal.
Transformar, producir y cuanto sea necesario para el progreso y el bienestar de la sociedad, es deseable y bueno, siempre, que se respete el entorno y que la abundancia de la riqueza generada se comparta legítimamente con las personas de cada lugar y el esfuerzo aportado.
Sería una villanía, que se siga con semejante expolio de bienes naturales y que los seres humanos residentes en esas tierras no pudieran siquiera comer.
Urge pues, actualizar, el modelo global de bienes universales y derechos, si queremos progresar, evitando la miseria de millones de seres humanos y las consecuencias de migraciones y otras peores que atentan al progreso de la civilización. De no empezar ya mismo, a resolver los graves asuntos pendientes esenciales, sufriremos más pronto que tarde las consecuencias.
2 comentarios:
He leído tu artículo así como el publicado en el País.
Mi opinión es que el asunto tiene que enmarcarse en los Derechos Humanos.
¿Hasta qué punto se compran tierras y no países? ¿Hasta el límite del porcentaje establecido?
Supongamos que toda la crisis financiera soportada ha sido la consecuencia de que los dueños de los capitales hayan comprado tierras. Por supuesto para su aprovechamiento bajo parámetros de explotación más rentables.
Supongamos que se contratan trabajadores. ¿Cuándo conseguirá un trabajador negro de un país africano que se respeten sus derechos si han perdido la mayor parte de su suelo en favor de una oligarquía? ¿Pasarán 2000 años como en europa?
Espero que la visita de los demócratas norteamericanos ayude a establecer un marco regulador en el que el Derecho obtenga cierto poder interventor.
Por cierto:
Si la pizza de la cena de los italianos se elaboraba sobre la base de los restos de la comida...¿Qué tal si la generación de basura en alimentos frescos como hábito del consumidor se utiliza como recurso logístico para la Industria alimentaria?
Si algunos lo hacemos por necesidad a nivel doméstico
¿Qué reparo existe en plantearlo en la cadena logística de la industria alimentaria? Quizás, el no querer verlo.
El problema es de conocimiento económico: consumir no significa derrochar.
Gracias Belén por tu cita y encuentro que aprecio sinceramente y coincido en la esencia en tus comentarios. Dentro del posible encaje en los Derechos Humanos, se debería de superar la actuación de expoliar y explotar perversamente contra natura, un palmo de tierra o un país, una taza de agua o el camino por donde andamos, entre otros muchos bienes de la madre naturales y otros creados por el ser humano... Continuar leyendo » Cita y encuentro a Belén Mtnez. Oliete
Publicar un comentario