La tragedia de Haití supone una oportunidad para poner en marcha un plan Marshall solidario acorde al siglo XXI.
La excepcional magnitud de la catástrofe debería de llevar a la reflexión de establecer una renta básica universal por un período de 10 años para todos los habitantes de Haití, de modo que sus habitantes pudieran atender sus necesidades básicas por un período suficiente para su posterior sostenimiento estableciéndose un modelo socio económico sostenido para dicho país partiendo casi de la nada.
Este plan Marshall serviría de modelo para otras situaciones similares que se puedan plantear en cualquier otro lugar del mundo por cualquier motivo y podría estar liderado por la ONU que falta hace tome la iniciativa en temas sociales.
Esta renta básica universal sería por cuantía suficiente para acceder a las necesidades básicas de los haitianos, vivienda, educación, sanidad, trabajo y demás necesidades sociales, durante un período de 10 años y supondría asignar sin retorno por dicho período un importe dinerario equivalente al 70 por ciento de la media del PIB mundial entorno a 20.000 euros habitante/año.
Se crearía en Haití la industria y los servicios necesarios de modo que se generara riqueza para sus habitantes en armonía con el entorno y la comunidad internacional, sirviendo de punto de partida pasado el período del plan de ayuda.
La excepcional magnitud de la catástrofe debería de llevar a la reflexión de establecer una renta básica universal por un período de 10 años para todos los habitantes de Haití, de modo que sus habitantes pudieran atender sus necesidades básicas por un período suficiente para su posterior sostenimiento estableciéndose un modelo socio económico sostenido para dicho país partiendo casi de la nada.
Este plan Marshall serviría de modelo para otras situaciones similares que se puedan plantear en cualquier otro lugar del mundo por cualquier motivo y podría estar liderado por la ONU que falta hace tome la iniciativa en temas sociales.
Esta renta básica universal sería por cuantía suficiente para acceder a las necesidades básicas de los haitianos, vivienda, educación, sanidad, trabajo y demás necesidades sociales, durante un período de 10 años y supondría asignar sin retorno por dicho período un importe dinerario equivalente al 70 por ciento de la media del PIB mundial entorno a 20.000 euros habitante/año.
Se crearía en Haití la industria y los servicios necesarios de modo que se generara riqueza para sus habitantes en armonía con el entorno y la comunidad internacional, sirviendo de punto de partida pasado el período del plan de ayuda.
Juan Bernardo montejb La comunidad El País
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