A estas alturas muchos seres humanos
ya sabemos que estamos sometidos y esclavizados, por la dictadura del dinero, el
fraude secreto del discurso de los dirigentes y élites privilegiadas, estando
acorralados por un puñado de cisnes negros.
Nuestro tiempo presente es demasiado
breve como para desperdiciarlo y vivir al ritmo que marcan los Cisnes Negros. En cualquier asunto que tratemos, por grande y
complejo que sea, muy pocas cuestiones son esenciales, algunas pocas más son
importantes y, la inmensa mayoría son irrelevantes. montejb Sin duda hay,
multitud de acciones latentes y desconocidas que podemos iniciar en organizar y
decidir actuar emprender, tanto individual como en grupos. La situación de
emergencia lo requiere, además de por cuanto están decidiendo y actuando quienes
están en posición de dominio en perjuicio del bien común.
Entrevista a Nassim Nicholas Taleb sobre “El cisne negro”
El cisne negro de Nassim Nicholas Taleb
El cisne negro de Nassim Nicholas Taleb
En su última Edición de noviembre 2011 revisada y ampliada,
el profesor Taleb incluye los agradecimientos de la primera edición del 2008. A
Benoit Mandelbrost, Rolf Dobelli y otros amigos da las gracias, previo asegurar
que se ha divertido mucho escribiendo el libro, deseando que a los lectores les
ocurra con la lectura de “El cisne
negro: el impacto de lo altamente improbable”, editado por la Editorial Paidós Ibérica, pueden
comprarlo entre 18 y 20 €, o compartirlo en PDF en el link al final. Esta obra es la segunda traducida al castellano del profesor
libanés-americano, ensayista de éxito y ex-operador bursátil Nassim Nicholas
Taleb, que se define a sí mismo como “empirista escéptico” es
uno de esos pocos libros que una vez leídos te sientes en la obligación moral
de recomendarlos vivamente, amén de sugerir una profunda reflexión sobre muchos
de los supuestos filosófico-matemáticos aplicados a la economía, a la
concepción del riesgo y a la gestión de la incertidumbre. Si en los 80's “La
Meta” de Eliyahu M. Goldratt removió nuestras viejas y anticuadas
concepciones sobre la gestión y en los 90's “La Quinta Disciplina” de
Peter M. Senge, nos hizo reflexionar sobre la necesidad de adoptar el
pensamiento sistémico para afrontar los desafíos crecientes de un mundo
complejo, en la presente década la obra de Nassim N. Taleb, vendrá a significar
lo que Goldratt y Senge representaron en el mismo ámbito en el que plantea sus
reflexiones el profesor Taleb: descubrir los errores en los procesos de
razonamiento cuando los humanos nos enfrentamos frente a la complejidad, la
incertidumbre y la aleatoriedad.
Son varios los ejemplos, conceptos y reflexiones que nos muestra el profesor
Taleb en esta obra, en la que profundiza lo avanzado en la anterior, “¿Existe
la suerte?: engañados por el azar” siendo su punto de arranque el problema
de la inducción ejemplificado gráficamente en el caso del“pavo de
Russell”, (en honor a Bertrand Russell, otro autor de mi preferencia, que
fue quien expuso por primera vez el ejemplo, retomando el problema de la
inducción que inició David Hume, si bien el maestro Russell utilizó la misma
metáfora pero con un pollo), que comprobó que todas las mañanas le daban de
comer y tras varios meses de observaciones iba a concluir una ley universal, (“estos
humanos tan amables me deben querer mucho, todos los días me dan de comer”),
cuando con la llegada del día de Acción de Gracias al pavo le
ocurrió algo inesperado, (para el pavo, no para los amables
humanos). Pues bien, nuestra manera de pensar no es muy diferente de la del “pavo
de Russell”. Gran parte de la matemática estadística, el cálculo de riesgos
y las distribuciones de probabilidad están atravesadas por esta manera de
pensar: a mayor frecuencia de ocurrencia de un hecho menor sensibilidad
frente a lo inesperado. De ahí la metáfora del cisne negro que
Taleb toma de David Hume, (empirismo) y de Karl Popper (falsacionismo): si
nos pasamos toda la vida en el hemisferio norte pensaremos que todos los cisnes
son blancos, sin embargo en Australia existen cisnes negros (cygnus atratus) [1].
Y es que un cisne negro nos parece algo imposible debido a
nuestra reducida experiencia: un suceso altamente improbable [2].
¿Qué es entonces un “cisne negro” según Taleb?. El profesor
Taleb lo define como un hecho fortuito que satisface estas
tres propiedades: gran repercusión, probabilidades imposibles de calcular y
efecto sorpresa. En primer lugar, su incidencia produce un efecto
desproporcionadamente grande. En segundo lugar, tiene una pequeña probabilidad
pero imposible de calcular en base a la información disponible antes de ser
percibido el hecho. En tercer lugar, una propiedad nociva del “cisne
negro” es su efecto sorpresa: en un momento dado de la observación no
hay ningún elemento convincente que indique que el evento vaya a ser más
probable. Desde luego, estas propiedades no son ajenas a las crisis financieras
que vivió el autor cuando se ganaba la vida como operador bursátil.
A partir de este punto el profesor Taleb nos hace un recorrido por todos y cada
uno de los diferentes errores del razonamiento humano cuando se encuentra
frente a los “cisnes negros” o sucesos improbables. No los voy
a exponer todos pero sí algunos de los que considero más importantes, como por
ejemplo la distorsión retrospectiva, algo para lo que los
economistas e historiadores padecen bien dotados cuando explican las causas de
una crisis económica o una guerra mundial, pero son incapaces de anticiparla: los
humanos somos muy buenos a la hora de predecir los sucesos de modo retroactivo.
Para Taleb, esta distorsión consiste en un sesgo que nos empuja a sobreestimar
el valor de las explicaciones racionales de los datos a la vez que subestimamos
la importancia de la aleatoriedad inexplicable en los datos. Para el profesor
Taleb existe una base genética y filosófica para entender lo mal preparados que
estamos los humanos cuando nos enfrentamos a la incertidumbre y la
aleatoriedad. Según Taleb, la evolución no favoreció un tipo de pensamiento
complejo y probabilístico, antes al contrario somos muy rápidos en adoptar
decisiones instantáneas apoyados en una mínima cantidad de datos o en teorías
superficiales y carentes de solidez, tal vez (sugiere un divertido Taleb),
porque quienes divisaban un león y echaban a correr por presuponer que todos
los animales salvajes siempre comen seres humanos tenían más probabilidades de
sobrevivir que quienes preferían poner a prueba tal hipótesis de manera
experimental. Claro que hay leones de talante amistoso (como hay cisnes
negros), pero es preferible ser prudente y cauteloso de antemano que sufrir
más tarde las consecuencias (problema de la inducción). Además, para
Taleb existe un problema filosófico fundamental: la platonicidad o “falacia
platónica”. Somos hijos de la escuela platónica que nos animó a preferir la
teoría estructurada, ordinaria y comprensible a la desordenada y compleja
realidad; por otra parte, nos inclina asimismo a seleccionar únicamente los
hechos que encajan en nuestras teorías (falacia de las pruebas silenciosas)
o cuando los hechos han tenido lugar, nos creamos historias post-hoc para
que el hecho parezca tener una causa (falacia narrativa).
En mi opinión uno de los argumentos más interesantes del profesor Taleb es el
que hace referencia al problema de la circularidad de la estadística y el daño
colateral que provoca ladistribución normal o de Gauss (por
el nombre del matemático alemán Carl Friedrich Gauss): necesitamos
datos para descubrir la distribución de probabilidad. ¿Cómo sabemos si contamos
con los suficientes?. Por la distribución de probabilidad. Si es gaussiana,
bastarán unos pocos. ¿Cómo se sabe que es gaussiana?. Por los datos. Por eso
necesitamos que los datos nos digan qué distribución de la probabilidad debemos
asumir, y que una distribución de la probabilidad nos diga cuántos datos
necesitamos. Esta circularidad causa graves problemas en la regresión, más
acuciantes cuando se aplica sin discriminación la distribución gaussiana a
todo lo que se mueve. En este punto es cuando el profesor Taleb nos anima
con ejemplos donde es apropiado aplicar la distribución normal y donde no:Mediocristán y Extremistán.
Imaginemos que tenemos en un estadio de futbol 1.000 personas elegidas al azar
reunidas dentro. Si añadimos a ellas la persona más alta del mundo ¿cambiará
mucho la media de altura de las 1.001 personas reunidas?. No, no variará
apenas. Bienvenidos a Mediocristán, cuyas matemáticas son el
álgebra de la estadística clásica y la teoría de la probabilidad. En ese mundo
las distribuciones son normales, con curvas en forma de la famosa campana
de Gauss. Las variaciones individuales no varían mucho el promedio. Ahora
cojamos esas mismas 1.000 personas y hagamos que entre en el estadio Bill
Gates, supuestamente el hombre más rico del mundo. ¿Cambiará mucho la media de
riqueza de los allí reunidos? Sí, cambiará de una forma brutal al entrar Bill
con sus más de 50.000 millones de dólares de patrimonio. Bienvenidos a Extremistán,
cuyas matemáticas son mucho menos ortodoxas como, por ejemplo, la geometría
fractal descubierta por el matemático estadounidense de origen polaco-lituano
Benoît Mandelbrot. Las distribuciones siguen una ley de potencia como la de
Zipf o la de Pareto o, más recientemente, la “Long Tail” de
Chris Anderson a la que hemos dedicado una entrada en el blog. Por supuesto no
hace falta decir que los cisnes negros son propios de Extremistán.
En su experiencia como operador de bolsa Taleb considera que los mercados
financieros minusvaloran la probabilidad de los cisnes negros pues
los métodos generalmente aplicados por los operadores financieros son los
propios de Mediocristán. Es ahí donde Taleb apunta que se pueden
obtener ganancias apostando a que tales sucesos extraños tan impactantes de
hecho sucederán con mucha mayor frecuencia. No necesito entender de derivados
financieros, de hecho quienes operan con ellos no tienen ni idea, pues todo lo
dejan a sofisticadas herramientas informáticas, pero puedo alcanzar a
comprender que si la mayoría de operadores trabajan con los mismos métodos y
comparten las mismas concepciones de cómo operan los mercados (según el
paradigma de Mediocristán), es lógico pensar que si alguien se
atreve utilizar otros métodos y concepciones muy distintas (según el paradigma
de Extremistán) es posible que se puedan obtener ganancias
importantes (rendimientos escalables) como los que apunta Taleb mediante
la compra de opciones “deep out-of-the-money”, que son muy baratas,
que ocasionan pocas pérdidas pero muchas veces, aunque pueden proporcionar un
retorno espectacular si los mercados se vuelven locos (cosa que al parecer está
ocurriendo mucho más a menudo de lo que cabría esperar según el paradigma de Mediocristán).
Un apartado importante en esta obra es la fundamentada crítica hacia los
modelos de gestión de riesgos que se usan actualmente, y que han hecho ganar a
algunos académicos su Nobel de Economía (Taleb cita expresamente a Robert C.
Merton y Myron S. Scholes, promotores del fiasco del LCTM) que excluyen
precisamente los eventos raros que aparecen de vez en cuando en Extremistán y
cuyos efectos económicos pueden ser muy importantes. Estos académicos y muchos
analistas cuantitativos tranquilizan a los ejecutivos de las empresas, los
reguladores y los inversores con una ilusoria sensación de seguridad que no
tiene para nada en cuenta la aparición ocasional de cisnes negros que
pueden dejar arruinados a más de uno. Para Taleb esta “falacia de la regresión
estadística” que consiste en creer que la probabilidad de futuros
eventos es predecible examinando acontecimientos de eventos pasados está muy
arraigada entre los actores económicos, que tampoco entienden que la
aleatoriedad estructurada que encontramos en los juegos de azar (teoría de
probabilidades clásica) no se parece a la aleatoriedad que encontramos en
la vida real (“falacia lúdica”).
Para Taleb, siguiendo la obra de los psicólogos israelíes fundadores de la Teoría
de la Prospección (antecedente de la llamada Neuroeconomía),
Amos Tversky y el premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, los seres humanos
somos mucho mejores haciendo cosas que comprendiendo nuestro entorno. Pero no
lo sabemos [3]. Vivimos con la ilusión del orden, creyendo que la planificación
y la previsión son posibles. Nos perturba tanto lo aleatorio que creemos
disciplinas que intentan dar sentido al pasado, pero en última instancia, no
conseguimos entenderlo, al igual que solemos fallar prediciendo el futuro. Por
razones prácticas, resulta que los seres humanos preferimos funcionar con
previsiones y predicciones, aunque casi siempre se revelan equivocadas. Para
Taleb, los humanos creemos que la innovación se puede planificar, sin embargo
las innovaciones importantes suelen ser descubiertas por accidente (serendipidad),
pero no se reconoce así cuando escribimos la historia. Las tecnologías que
dominan el mundo actual (como Internet, el ordenador personal y el láser) no se
utilizan en la forma prevista por los que las inventaron y una parte
considerable de los descubrimientos médicos no están planificados en los
proyectos de investigación oficiales sino que surgen por puro azar.
Lejos de ofrecer recetas matemáticas para calcular la probabilidad de los
sucesos raros (cisnes negros) para protegernos frente a la
incertidumbre, lo que nos aporta el profesor Taleb es una buena dosis de
sentido común: nunca llegaremos a conocer lo desconocido ya que, por
definición, es desconocido. Sin embargo, siempre podemos imaginar cómo podría
afectarnos. Es decir, las probabilidades de los cisnes negros no
son computables, pero sí podemos tener una idea muy clara de sus consecuencias.
Esta es una idea-fuerza para lagestión de la incertidumbre: para tomar
una decisión tenemos que centrarnos en las consecuencias (que podemos conocer)
más que en la probabilidad. Estar preparado ante la aparición de los cisnes
negros es más importante que dedicarle tiempo y esfuerzo a calcular la
probabilidad de su ocurrencia. Resumiendo: para que no nos ocurra lo que al “pavo
de Russell” hay que estar preparado para lo inesperado (que a
diferencia de los pavos, sí podemos imaginar) pero sin preocuparnos de cuándo
ocurrirá.
Por último pero no menos importante, Taleb nos recuerda las aportaciones del
economista estadounidense y Premio Nobel de Economía, Robert Lucas (expectativas
racionales) y en particular su famosa crítica (crítica de Lucas) a
los modelos econométricos al uso en política económica. En síntesis, la crítica
de Lucas viene a decir que si la gente es racional, entonces su
racionalidad les haría descubrir patrones predecibles del pasado y adaptarse,
de forma que la información pasada sería totalmente inútil para predecir el
futuro. Es decir, al intentar modelizar sistemas económicos basados en búsqueda
de patrones en series temporales, hay que tener presente que la racionalidad y
capacidad de decisión de las personas que antes han tenido acceso a la
información puede alterar la serie temporal posterior, haciendo desaparecer el
patrón de comportamiento. En resumen, una vez detectado un patrón de
comportamiento (en mercados, sistemas sociales, hábitos de consumo, etc.), la
propia racionalidad y decisión colectiva de las personas cancela el patrón
(generalmente anticipándose al patrón).
En mi opinión, las ideas del profesor Taleb deben ser muy tenidas en cuenta por
los que nos dedicamos al oficio de comprender, modelizar e
implementar sistemas humanos complejos, para incorporar a los modelos las
aportaciones de pensadores como Lorenz (teoría del caos), Mandelbrot (fractales),
Kahneman (teoría de la prospección), Lucas (crítica de Lucas),
etc. y evitar en lo posible los sesgos propios de la matemática de Mediocristán en
el diseño de modelos, y, por supuesto, todos aquellos que nos hemos atrevido a
desarrollar modelos matemáticos de previsión (forecasting) para que en
mayor o menor medida evitemos la presunción de fiabilidad, pues nadie conoce el
futuro.
Desde un punto de vista sistémico y, aunque el autor no menciona expresamente,
en las dos obras que he podido leer he percibido una cierta familiaridad con la Cibernética
de segundo orden de Heinz von Foerster, pues en repetidas ocasiones
Taleb utiliza la observación de segundo orden a modo de método para
ejemplificar ciertos patrones de conducta de determinados personajes
(operadores de bolsa como el propio Taleb) ante situaciones donde la
aleatoriedad y la incertidumbre ponen a prueba estrategias y concepciones
periclitadas para un mundo imprevisible. Tal vez en este punto Taleb no se
atreve a ir más allá, incluyendo la idea de circularidad y autorreferencial y
es donde encuentro una mayor carencia en su obra, que a modo de crítica
concluyo, es decir: Taleb no incorpora a su discurso la idea de que la aleatoriedad
e incertidumbre de los mercados financieros pudieran no ser ajenos a la propia
conducta de los actores que luego sufren las consecuencias. El éxito de su obra
es haber conseguido un certero análisis de los errores en los que incurrimos
los humanos cuando nos enfrentamos a situaciones aleatorias e imprevisibles,
más echo en falta una reflexión de cómo los humanos generamos esas mismas
situaciones aleatorias, y en concreto en el campo de las crisis
financieras.
La frase: “Mi principal afición es provocar a aquella gente que se toma
demasiado en serio a sí misma y la calidad de sus conocimientos y a aquellos
que no tienen las agallas para decir a veces no lo sé”.
Como pueden observar, genio y figura. Autor y obra altamente recomendables.
[1] “De la observación de un sinnúmero de cisnes blancos no se podrá
inferir que todos los cisnes son blancos, sin embargo, ver un solo cisne negro
será suficiente para refutar semejante conclusión.” David Hume
(1711-1776), filósofo inglés.
[2] A principios del siglo XVIII, los colonos ingleses que volvieron de
Australia trajeron consigo, en las panzas de sus barcos, un cargamento de
cisnes negros. Los cisnes negros son originales de la isla austral y hasta ese
momento, se pensaba que todos los cisnes eran blancos, porque eran blancos
todos los que se conocían. La intrahistoria de esta historia es que este hecho
supuso una conmoción en la sociedad inglesa. Aunque nos pueda parecer algo
ingenuo a los habitantes del siglo XXI, lo cierto es que la aparición de una
especie de cisnes de un color distinto al que estaban acostumbrados a ver,
supuso para los habitantes de la época una fuente de debate y de polémica.
[3] Los neurólogos saben que nuestro cerebro está programado para tener el
control de todo lo que sucede. Sin embargo, lo cierto es que nuestro cerebro
está literalmente a oscuras, escondido bajo la cavidad craneal, y el único
contacto que tiene del exterior es a través de órganos imperfectos, bien sea la
vista, el tacto, el sentido olfativo o el gusto. Y puesto que nuestro cerebro
está programado para controlarlo todo y debido a lo imperfecto de las
percepciones que llegan a él, elucubra lo que puede, creando modelos abstractos
de la realidad, que a veces no tienen por qué coincidir con la realidad misma.
En pocas palabras, la explicación podría ser que no estamos preparados
fisiológicamente para los hechos imprevisibles. Y sin embargo, los hechos
imprevisibles existen.
Link
privado compartir: “El cisne negro” de Nassim Nicholas Taleb
Para saber más:
Web de Nassim Nicholas Taleb [inglés] y Nassim N. Taleb en Wikipedia [castellano] y Nassim N. Taleb en Wikipedia [inglés]
No puedes predecir quién cambiará el mundo (artículo de Nassim N. Taleb en inglés)
Daniel Kahneman en Wikipedia [inglés]
Amos Tversky en Wikipedia [inglés]
Teoría de la Prospección en Wikipedia [inglés]
Robert Lucas en Wikipedia [inglés]
Crítica de Lucas en Wikipedia [inglés]
Modelo de la Isla de Lucas en Wikipedia [inglés]
Web de Benoît Mandelbrot [inglés]
Cibernética de segundo orden [inglés]
Heinz von Foerster en Wikipedia [inglés]
Empirismo en Wikipedia [castellano]
David Hume en Wikipedia [castellano]
Bertrand Russell en Wikipedia [castellano]
Karl Popper en Wikipedia [castellano]
Fractales en Wikipedia [castellano]
Extractos del anterior libro de Nassim Nicholas Taleb “Confundidos por el azar” [castellano]
No puedes predecir quién cambiará el mundo (artículo de Nassim N. Taleb en inglés)
Daniel Kahneman en Wikipedia [inglés]
Amos Tversky en Wikipedia [inglés]
Teoría de la Prospección en Wikipedia [inglés]
Robert Lucas en Wikipedia [inglés]
Crítica de Lucas en Wikipedia [inglés]
Modelo de la Isla de Lucas en Wikipedia [inglés]
Web de Benoît Mandelbrot [inglés]
Cibernética de segundo orden [inglés]
Heinz von Foerster en Wikipedia [inglés]
Empirismo en Wikipedia [castellano]
David Hume en Wikipedia [castellano]
Bertrand Russell en Wikipedia [castellano]
Karl Popper en Wikipedia [castellano]
Fractales en Wikipedia [castellano]
Extractos del anterior libro de Nassim Nicholas Taleb “Confundidos por el azar” [castellano]
3 comentarios:
Realmente impresionado por la calidad de tu trabajo.
Has sabido transmitir ideas y conceptos de la Economía Social en forma magistral.
Gracias
Mark de Zabaleta
Juan Bernardo, te felicito, muy buen trabajo y muy interesante! En resumen, preparémonos para el peor de los escenarios, que si no ocurren, estupendo y si suceden, algo podremos paliar.
Un abrazo y buen puente :)
Gracias a ti Mercedes por comentar y compartir. Sin duda se necesitan unas reglas justas y equitativas sin ventajas o posición de dominio abusivas para nadie. Situaciones pasadas o presentes en modo alguno garantizan el futuro. Así se debe de abolir el punto 21.1. del artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que pueden descargar y leer de EU Bookshop, ir a la página 241 del pdf. que supone conceder el monopolio de la banca sobre el dinero que emiten los Estados y que es de todos.
Igualmente que pases un buen puente.
Un gran abrazo y mil @}--}--}--}---
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