El País publica en su sección de economía, Toxo advierte de que el diálogo social está en una "encrucijada" - La presión de la patronal obliga al Gobierno a suspender la reunión prevista para hoy. - La CEOE espera una propuesta más "concreta" para mañana…
En el contexto actual de incertidumbre e imprevisibilidad es difícil aplicar, parecidas o similares reglas de negociación, solución y actuación para cualquier asunto que queramos tratar sobre ocupación, (en lugar de empleo), economía de empresas, cargas sociales, presupuestos y cargas del estado y todo cuanto sea necesario relacionar, como si no hubiera pasado nada en los 2 últimos años desde que el modelo de referencia socio económico saltó por los aires, indistinto por qué y cómo, que son cuestiones para diseñar en conjunto y casi globalmente por todos los afectados, como se está intentando hacer, aceptando a priori que llevará un tiempo.
La excepcionalidad del momento requiere medidas excepcionales flexibles, que discrecionalmente el gobierno pueda aplicar y actuar previo acuerdo entre los agentes sociales.
Estas medidas transitorias deben de perseguir intentar suavizar el desajuste y el desequilibrio productivo y ocupacional, así como sincronizar hasta donde sea posible la ocupación y la carga económica de los ciudadanos y del estado conforme evolucionen los acontecimientos dependientes con terceros países y nuestro propio escenario interno exclusivo, en el que podemos actuar e intervenir independiente de cuanto pueda suceder o sobrevenir por la actuación mayoritaria de terceros.
El marco de actuación y aparente provisionalidad, digamos a 2 años, requiere actuar con eficiencia en trasladar de inmediato a los ciudadanos las medidas que se acuerden con la dinámica e implicación de todos, a sabiendas que el marco y las reglas necesariamente tienes que ser flexibles y cambiantes para adecuarse al contexto de incertidumbre. Los plazos, desgraciadamente, tienen que ser cortos, entre 6 meses en adelante, con paulatinos ajustes según proceda, siendo los plazos de realización y percepción de los ciudadanos casi inmediatos. Con la implicación y asunción de responsabilidad por parte todos es posible.
El marco de actuación y reglas excepcionales, necesariamente debe de estar acordado entre los representantes sociales para su aplicación discrecional y flexible por parte del gobierno mientras pueda durar el periodo de excepcionalidad o mediante acuerdo a los plazos que se determine.
El problema existente no es de capitalistas, empresarios, trabajadores, modelo productivo, falta o exceso de demanda y oferta, déficit o endeudamiento del estado y así seguido con todo lo relacionado, el verdadero y único problema es el drama humano, nosotros, todos los ciudadanos, en los que la inmensa mayoría hemos delegado en los gobernantes y dirigentes sociales nuestro precario día a día.
Cómo se pretende animar a los ciudadanos a que se presten a hacer lo que sea, si como personas somos los últimos monos. A quién le importa se salve el sistema financiero, los bancos, las industrias del automóvil o las que sean, el déficit de los estados, y así lo demás, si como personas tenemos que seguir sufriendo semejante incertidumbre y tragedia humana.
Qué más tiene que suceder? A qué hay que esperar?
"Todo lo que no se comparte, se pierde"
montejb Inspirado en el
epitafio de Dominique Lapierre, ciudadano de Calcuta.
jueves, 16 de julio de 2009
Concretar el diálogo social?
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