Mientras no se suprima la tiranía y dictadura del dinero y se disponga del mismo libremente como bien universal, como medio e instrumento de intercambio no habrá progreso posible ni solución a las causas de la crisis y los problemas implícitos con el sistema económico que se trata de sostener a costa del sufrimiento de millones de personas.
El nuevo modelo productivo debe de procurar "La motivación por el progreso del ser humano" como paradigma e ideal, sin la división y exclusión de las personas por cualquier causa, ya sean por discriminación de raza, sexo, clases o castas sociales, creencias, ideas, política, poder, dinero, y así seguido todo lo demás.
La propia sociedad de consumo y sistema productivo deben de ser remplazados por la “Motivación de un mundo de abundancia” en armonía y equilibrio con el entorno en que toda las personas puedan acceder y disfrutar activamente de los derechos humanos en libertad y libre elección, sin más condicionante que el conocimiento y la disponibilidad de cada cual con los medios de producción, transformación de la propia naturaleza y los recursos.
Así, las diferencias deben de sobrevenir por la propia naturaleza y el esfuerzo del intelecto, no por las cosas y medios creados por el hombre. Las cosas creadas por el hombre deben de estar al servicio del ser humano y no al revés como sucede, pues entonces de que sirve el progreso si sólo se benefician unos pocos privilegiados a costa de los demás.
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